✓ Es una profesión que se encuentra en las fronteras de lo social y de la salud y que tiene una gran demanda.
✓ Las personas y las relaciones están en el centro de este trabajo, si aprecias ”el contacto con personas mayores o con dificultades, este trabajo es para ti
✓ La profesión de cuidador puede estar rápidamente a su alcance si sigue un curso de formación. Te lo recomendamos.
Por amor a los ancianos o por el deseo de tener una actividad gratificante, cada vez más personas eligen convertirse en cuidadores. Primer plano de una profesión en rápida expansión.
Responder a una fuerte demanda
Dado que la esperanza de vida de los franceses aumenta constantemente, el desarrollo de los sistemas de apoyo domiciliario ha permitido despegar la profesión de cuidador. Un trabajo que se encuentra en las fronteras de lo social y de la salud, y que tiene un importante potencial de contratación.
¿En qué consiste esto?
Brindar apoyo a los ancianos y / o dependientes en su lugar de vida, así como en instituciones no médicas, es la misión principal de los trabajadores sociales. Intervienen así en la vida cotidiana de las personas que cuidan, participando en su vestimenta, sus comidas, el mantenimiento del hábitat o sus movimientos y todo aquello que ya no pueden hacer por sí mismos.
Una profesión del sector social cuyo objetivo es mantener en casa a los pacientes que, sin esta ayuda, no podrían mantener su autonomía. También le puede llegar la estimulación de este último, a través de salidas o actividades, así como la facilitación de vínculos sociales.
El trabajo del cuidador se realiza en colaboración con un equipo multidisciplinar, formado por médicos, una trabajadora social, personal paramédico, etc.
Es posible avanzar hacia el puesto de técnico de intervención social y familiar o de cuidador.
El perfil del cuidador (o cuidador familiar)
Ejercida en un 98% por mujeres, esta profesión, sin embargo, está abierta a todos, siempre y cuando valoremos el contacto con personas mayores o con dificultades. Las personas y las relaciones son, por tanto, el centro de esta profesión. Su capacidad de escucha y su paciencia marcarán la diferencia y promoverán el bienestar de las personas a su cargo.
Aunque es muy agradable, ser cuidador puede resultar complicado porque las tareas diarias a realizar son diversas y en ocasiones es necesario levantar cargas pesadas. Para ello se requiere una buena resistencia física.
Por tanto, este profesional debe ser autónomo, disfrutar del contacto humano y poder afrontar situaciones imprevistas de vez en cuando.